martes, 13 de diciembre de 2011

La importancia de un político lector y una "prole" lectora

Mucho dio de que hablar el tropiezo de Peña Nieto en la FIL de Guadalajara, es más, puede sonar trillado el estar hablando de este asunto otra vez, pero en realidad es necesario, puesto que muestra mucho aspectos de la clase política y hasta de la misma sociedad mexicana: Y es el reflejo de una sociedad que no lee, que ve a los libros como algo aburrido, anticuado. Dicha actitud es muy perceptible en los jóvenes y lo digo como joven que soy, que veo el desprecio de mis compañeros hacia los libros y hacia el estudio en general; igualmente veo una mentalidad de mediocridad que ha causado mucho daño al país y que ha penetrado a todas las esferas de la sociedad y del poder. Como ejemplo recuerdo a un amigo que hizo su trabajo bastante mal hecho y dijo: "Con un seis me conformo, en fin ya pasé". Otra mentalidad que lamentablemente se ha visto reflejada en la clase política de México (y vaya de qué manera) es la del camino fácil mediante la corrupción o el tráfico de influencias que en las escuelas se el llama "tener palanca", o incluso sobornar a maestros para pasar a sus alumnos, de lo que he sido testigo.

Pero el asunto que nos ocupa ahora es el de la cultura lectora de nuestro México. A mí, afortunadamente, me fue inculcado el gusto por la lectura desde pequeño cuando me compraron unos libritos de unas películas de Disney: Hércules, La Sirenita, El Libro de la Selva. Puedo decir, sin temor a exagerar, que esos fueron tres libros que marcaron mi vida puesto que me iniciaron en el mundo de las letras. Pero lamentablemente no todos han tenido esa suerte debido a una infinidad de factores que no podría terminar de enumerar; pero si al poco apoyo de iniciación le añadimos otros factores como la influencia de la televisión que ha afectado mucho, sobre todo a l@s niñ@s , basta ver cualquier programa, como ahorita se me ocurre este de "Los Padrinos Mágicos" en el que el desprecio a las actividades académicas es una constante; y también la terrible calidad del sistema educativo mexicano (del que en otra entrada hablaré) que se da en las escuelas públicas y algunas privadas, misma que yo he experimentado en carne propia y ya en un nivel medio superior, confluyen para hacer de la nuestra, una sociedad huraña a la literatura. Este problema solo se podrá solucionar cuando todas las partes que forman parte de la educación: alumnos, maestros, sistema, directivos, sindicatos, tengan la disponibilidad de arreglarlo aunque esto conlleve afectar intereses y cortar algunas cabezas de peces gordos (llámese Elba Esther Gordillo) y encausar hacia una educación donde además de aprender a leer se aprenda a analizar y comprender los textos. Eliminar el analfabetismo funcional


¿Es imprescindible que para ser un buen gobernante se sea un ávido lector? 
La respuesta podría ser que no en cuanto a tener un amplio conocimiento de las grandes obras literarias, eso no influye en el buen ejercicio del poder. Recordemos a López Portillo. Pero también podría ser que sí, porque tener un panorama completo de las obras de política y economía daría unas mejores herramientas a la hora de regir un país, estado o municipio, la lectura te da una sensibilidad hacia muchas cosas, sensibilidad que los políticos de hoy no tienen; igualmente saber de historia, pero no conformarse únicamente con la que se da en primaria sino profundizar en ella, ayudaría mucho a comprender el contexto que se vive y a no cometer los mismos errores del pasado. Tener memoria. Como ejemplo pondríamos a Fox quien no tuvo idea de la importancia histórica que significo su triunfo en el 2000 y cometió muchos errores del pasado.



Saludos desde las venas de México.





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